En
relación al comunicado publicado el día 24 de Octubre del 2016 en referencia al
teléfono contra el acoso escolar, cabe mencionar que la alerta del Consejo de
Psicología de que este teléfono pueda ser atendido por personal no licenciado
en Psicología es, cuanto menos, inapropiada.
El
propio Ministerio de Educación, Cultura y Deporte destaca en su nota de prensa
del 20 de Octubre del 2016 que la atención que se ofrecerá a las personas, en
este caso menores, familias, tutores, personal docente, etc. (…) no será sólo psicológica, sino que
cuenta con un equipo de trabajadores sociales, juristas y sociólogos que
prestarán la atención que el menor necesite, incluida la consulta y derivación
del caso a las fuerzas y cuerpos de seguridad, la inspección educativa, centros
de salud (…) (http://www.mecd.gob.es/prensa-mecd/actualidad/2016/10/20161020-telf.html). Según esta declaración la función del servicio de atención telefónica es proporcionar la ayuda
necesaria a cada caso en particular mediante el trabajo de un equipo
multidisciplinar. De modo que si el menor, la familia o el tutor de una escuela
necesitasen conocer los recursos disponibles en su ciudad dispondrían de una
respuesta inmediata, del mismo modo que cuando necesitasen ser escuchados y
apoyados emocionalmente.
El
hecho de contar con un equipo de profesionales de distintas disciplinas para la
atención de este servicio no debería percibirse como una intrusión laboral,
sino como una oportunidad de ofrecer una mejor asistencia y ayuda a los menores
y otras personas que estén viviendo o sean testigos de esta situación de abuso tan
delicada, confusa y peligrosa. La mayoría de los servicios de ayuda telefónica consolidados
desde hace décadas están formados por equipos multidisplinares.
Los
profesionales que atiendan este servicio deberían conocer con detalle las
características del fenómeno de acoso escolar y de los sujetos implicados, como
por ejemplo: quién suele ejercer este tipo de violencia, qué procesos sigue el
ciclo del acoso, cómo suelen ser sus víctimas, qué emociones y pensamientos
experimentan, cómo ayudar a víctimas, agresores y familiares, qué tipo de ayuda
hay que ofrecer a cada caso, etc. Por ello, la disciplina de origen del
profesional no debería ser lo más relevante en este caso, ya que estos
conocimientos forman parte de una formación específica, generalmente no
incluida en los caminos habituales de los planes docentes de la mayoría de las
ciencias sociales. Esta formación específica podría (o debería) proporcionarla
el propio servicio de atención telefónica a sus profesionales contratados. Por
otro lado, los servicios telefónicos de ayuda suelen contar con protocolos de
actuación bien diseñados para que los diferentes profesionales puedan gestionar
el riesgo de sus casos, y atenderlos de forma adecuada y segura.
Los
criminólogos cuentan con formación extensa y específica sobre todos los
fenómenos delictivos y violentos que se producen en una sociedad, y en
concreto, sobre el acoso escolar y otras situaciones de abuso entre individuos.
Además de contar con formación en prevención, predicción del riesgo de
violencia y tratamiento de víctimas y agresores. Su conocimiento integrador
puede ser de mucha ayuda en un servicio pluridisciplinar que debe atender
casuísticas muy diversas.
Entre
sus principales áreas laborales se encuentra la atención a víctimas de
cualquier forma de violencia, y cuentan con las competencias profesionales y
personales necesarias para ejercer dicha función. Los profesionales
criminólogos también desarrollan y practican las competencias y habilidades
necesarias para la atención de personas en situación de vulnerabilidad, tales
como la escucha activa y empática, habilidades comunicativas con menores y
adultos, la gestión emocional, la resolución de problemas, la identificación de
situaciones de riesgo, etc.
En
definitiva, las mencionadas competencias profesionales y personales (escucha
empática, habilidades comunicativas, gestión emocional, etc.) son, más allá de
la formación específica, las habilidades realmente necesarias que deberían
mostrar los profesionales que atiendan el servicio telefónico contra el acoso
escolar. No se espera de este servicio la elaboración de diagnósticos, ni de tratamientos
psicológicos a corto o largo plazo, sino el ofrecimiento de apoyo emocional, la
detección de situaciones de riesgo y la asistencia para la mejor resolución del
problema.
Por
último, el suplemento europeo al título de licenciado en criminología reconoce
que, entre otras competencias profesionales, la asistencia a las víctimas (y,
en este caso, las víctimas de acoso escolar) es una de las áreas de actuación
de los licenciados y graduados en criminología, por lo que las apreciaciones de
los representantes de los psicólogos están fuera de lugar en lo referente a las
competencias profesionales de los criminólogos.
Fdo. Abel González García (Presidente FACE)
Faustino Brañas Álvarez (Decano del Ilustre Colegio Oficial de Criminólogos del Principado de Asturias)
Pablo-Darío Ibáñez Cano (Decano del Ilustre Colegio Oficial de Criminólogos de la Comunidad Valenciana)
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